Mano a mano con Melisa Gretter, una de las jugadores más talentosas de la historia del básquet femenino argentino. Sus inicios, su despegue, su presente y el sueño de estar en Río. “Sería nuestro mayor logro y para eso estamos trabajando mucho”, manifiesta.
-¿Qué recuerdos tenés cuando, de muy chiquita, comenzaste a jugar en Peñarol de tu Rafaela natal?
-Recuerdo que no era bien visto por algunas personas, ya que empecé a jugar con mis hermanos y son todos varones. Pero siempre tuve el apoyo de mi familia, que era lo que más me importaba. Jugué desde los ocho años hasta los 12 con varones. Tengo los mejores recuerdos.
-¿Qué significado tiene Ben Hur en tu vida?
-Cuando ya no podía jugar más con varones por la edad, me fui a jugar a Ben Hur de Rafaela con mujeres. Con ese club tuve la posibilidad de seguir creciendo en el básquet y conocer nuevas personas. Hice grandes amigas. Además jugando en ese club comencé a integrar los planteles tanto de la selección de Santa Fe, como de la Selección Argentina. No me olvido de Ben Hur, cada vez que estoy en Argentina y voy para Rafaela, paso siempre a saludar y compartir un rato.
-¿Cómo era eso de jugar con varones? ¿Cuánto crees que influyó durante tus primeros pasos?
-En la escuela a la que íbamos con mis hermanos había básquet masculino y femenino, pero el femenino no siguió y yo sí. Porque seguía a mis hermanos a todos lados. Yo creo que la mayoría de las cosas que aprendí fue ahí, con varones. Los fundamentos, la manera de ver el juego, la velocidad, la forma de jugar con el físico, etcétera. Jugaba con varones, porque jugaba con mis hermanos. Por eso creo que a mí, al igual que a todas las chicas que comenzaron jugando con chicos, es algo que nos ayudó a mejorar nuestro juego. Sin dudas.
-En tus años de juventud participaste en gran cantidad de Campeonatos Argentinos, ¿qué valor e importancia tenía representar a tu Provincia?
-Los argentinos, a cualquier edad y en cualquier sede, siempre van a ser de los torneos más lindos. Representar a mi provincia y hacerlo junto con personas que conozco hace mucho tiempo es algo muy lindo. No solo con mi provincia, en realidad: compartir una semana con amigas que hice de otras provincias también está muy bueno.
-Has sumado varios certámenes nacionales, ¿Cuál es el que más recordás y por qué?
-Creo que el que más recuerdo, pero porque se dio más recientemente, es la Superliga femenina. Creo que fue el torneo más “profesional” que se desarrolló en Argentina. El hecho de que hayan reforzado cada equipo con jugadoras del exterior le dio otra jerarquía. Y haberme destacado a pesar de eso fue algo muy lindo, muy gratificante. El Federal del 2014 y la Liga Nacional del 2012 también los recuerdo con mucha alegría.
-En tus primeros años representando a Santa Fe, te ha tocado jugar partidos a estadios llenos, con transmisiones de radio y hasta de televisión, aún en categorías formativas. Algunas cosas se fueron perdiendo. ¿Por qué? ¿Qué se podría hacer para recuperarlas?
-Yo era muy chica y fue algo que me asombró muchísimo. Ver tanta gente viendo un partido de básquet femenino y encima que se trasmitiera por radio o tele era impensado. Es algo que no creo que me lo vaya a olvidar. Yo creo que las provincias del interior le dan más importancia a esas cosas, pero porque no se acostumbra a ver mucho ese nivel de partidos.
-En 2011 llega el salto a Buenos Aires y recalas en Unión Florida, ¿Qué análisis haces de tu corta pero fructífera experiencia en el club de Vicente López?
-Florida me dio la posibilidad de crecer muchísimo. Yo sabía que si quería seguir mejorando tenía que ir a jugar a Buenos Aires, y en el CUF encontré mi lugar. En un club donde todos son una gran familia y yo era una más. Desde que llegue me sentí muy cómoda y es por eso que elijo volver a jugar ahí cada vez que termino una temporada fuera del país. Florida fue el paso que tenía que dar para poder seguir creciendo y cumpliendo metas y por suerte se dio de manera excelente.
Fuente: www.cabb.com.ar