jueves, 24 de enero de 2013

Legaria contra el monopolio


El ex jugador de Ben Hur dio una entrevista al diario de Gualeguaychú, su ciudad natal, donde fue con todo contra sus ex representantes, Claudio Villanueva y el rafaelino Carlos Rafaelli. Toda la entrevista para que cada uno saque sus conclusiones.


Raymundo Legaria: “por culpa de Raffaelli y Villanueva, hoy no estoy jugando en la Liga”


Raymundo Legaria es un ícono del deporte de Gualeguaychú. Uno de los deportistas más laureados de la ciudad, hoy se encuentra sin equipo y apunta contra Carlos Raffaelli y Claudio Villanueva, sus ex agentes, por haber sembrado la idea que está lesionado y que no puede volver a jugar en alto nivel.

Raymundo Legaria, uno de los jugadores con más títulos en Liga Nacional en lo últimos años, actualmente no tiene equipo en la elite del baloncesto argentino. Luego de haber sido campeón de LNB con Ben Hur, Boca Juniors y Peñarol de Mar del Plata y de ganar la Liga de las Américas con los marplatenses y Regatas Corrientes, hoy Raymundo ve la Liga desde afuera, viviendo en su Gualeguaychú natal, donde disfruta de su familia y sus amigos.

Mientras entrena para no perder ritmo con los equipos de la ciudad y con un preparador físico personal, Legaria habla con una sinceridad pocas veces escuchada, sobre las causas de su no presencia en la elite del baloncesto argentino.

“La causa por la que no estoy jugando en la Liga es sencilla. Carlos Raffaelli, que era mi representante, se encargó de comentar dentro del ambiente del básquet que yo estaba todo roto, que no me había recuperado de las lesiones y que no podía jugar en la Liga. Todo esto pasó cuando él junto a Claudio Villanueva era mis representantes. Y con esos comentarios me terminaron escrachando, porque esa opinión dentro del ambiente es condenatoria, especialmente viniendo de quienes representan al setenta por ciento de los jugadores del país. Nadie más me llamó para jugar en la Liga, lo que me sorprendió, porque si bien no pretendía jugar en un equipo de los cuatro o cinco de mayor relevancia, considero que estoy en condiciones de formar parte de un plantel de Liga Nacional y poder aportar lo mío. Tengo 32 años, estoy bien físicamente, es absolutamente mentira que estoy todo roto como dijeron estos tipos”, dijo Raymundo en el programa “El Picado del Mediodía” que se emite por Radio Máxima.

Lo que era un secreto a voces dentro del ambiente, el propio jugador se encargó de hacerlo público. Y lo hizo sin pelos en la lengua, como habitualmente habla Raymundo. “Yo terminé la temporada 2010-2011 con Regatas de Corrientes jugando, salimos campeones de Liga de las Américas, perdimos en quinto partido con Peñarol en cuartos de final, jugando bien, con protagonismo. De golpe se empezaron a armar los equipos y yo no tenía club, me sorprendió y cada vez que hablaba con Raffaelli o con Villanueva, me decían lo mismo, que no había equipo. De buenas a primeras me llamó Sebastián Raffaelli, para decirme que me iba a empezar a manejar él, que tenía los jugadores de TNA. Entonces ahí me di cuenta que tenían razón los que me decían que algo raro pasaba, que me estaban durmiendo. Estos tipos nunca más me llamaron, nunca más me dirigieron la palabra y acá estoy, con un cartel absurdo que me colocaron quienes teóricamente tendrían que haberme buscado un lugar para jugar”, dijo.

Se lo nota dolido a “Ray”. Motivos no le faltan. “Me dolió mucho especialmente viniendo de Claudio Villanueva, con quien tenía un trato más familiar, fui muchas veces a su casa y siempre lo sentí cerca. ‘Choco’ –por Raffaelli- siempre fue más seco en su trato, pero cuando me enteré que había dicho que yo estaba roto, que no podía jugar y que lo dijo siendo mi representante, me di cuenta que había sido demasiado bueno o demasiado boludo en confiar en estos tipos que terminaron portándose muy mal conmigo. Porque yo me entero por boca de una persona que considero mi hermano y que también es representado por ellos, así que imaginate lo difícil que fue para mi poder superar todo eso”. Legaria sostuvo que “es horrible lo que me pasó porque yo no se hacer otra cosa que jugar al básquet. Yo vivo de esto, mis hijas comen de lo que yo gano jugando al básquet. Y de golpe tener que pasar por esta situación es muy feo. Sobre todo porque yo no le hice mal a nadie, en todos los equipos que jugué di lo máximo, tuve la suerte de salir tres veces campeón de Liga Nacional, dos veces campeón de Liga de las Américas, tuve a los mejores entrenadores y nadie puede decir nada malo de mí. Entonces que te cuelguen el cartel de que estas todo roto y que tus propios representantes no te ofrezcan en ningún lado, es algo feo y que no se lo recomiendo a nadie, porque en el ambiente del básquet todos saben quien es quien y los representantes son fundamentales para el jugador. Yo no puedo llamar a los clubes y decirles ‘miren que estoy bien, no estoy lesionado’ porque ya tengo el cartel puesto y eso no lo remonto nunca más. La realidad es que el día que yo no les serví más, Raffaelli y Villanueva me pegaron una patada en el culo”.

Volver a casa

“El otro día me pasó algo muy particular cuando fui a Central a la previa de la comparsa, que hacía mucho no vivía. La gente se acercaba a sacarse fotos conmigo y me hicieron sentir un cariño muy especial. Yo siento que nunca me fui de Gualeguaychú porque siempre estuve volviendo, pero que la gente me salude, me reconozca y sobre todo, cuando hablo con la gente del básquet que me pregunten cuando voy a volver a la Liga, es algo hermoso y que me hace pensar que hice las cosas bien”.

La 4 de Central

“Mi sueño es retirarme en Central y lo voy a cumplir. Si bien ahora la situación del club es complicada, yo no pierdo la esperanza de volver a jugar en Central y por algo importante, no en veteranos. La gente del club sabe que pueden contar conmigo para armar un proyecto, para poder volver a jugar en forma oficial, yo siempre voy a estar dando una mano porque Central es mi casa y yo quiero que mis hijas me vean jugar con la camiseta de Central. Se que algún día va a pasar”.

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