Se cerró el juego del superclasico de basquetbol con un espectáculo bochornoso desde todo punto de vista. Un dirigente del CACU agredió al técnico de su propio equipo Otton Jscowsky, las cosas se fueron a las manos, y tuvo que intervenir la policía y los jugadores del equipo rojo para separar en medio de la multitud. Mientras esto sucedía otro simpatizante se tomó a golpes de puño con otra persona involucrada en los hechos. Fue tal el escándalo del final, que la gente de Central dejó de festejar el triunfo para presenciar el patético espectáculo.
Fue bochornoso porque no se trataba mas que de un espectáculo deportivo. Y lo más llamativo es que un alto dirigente de CACU y el entrenador se vieron involucrados en la gresca. Ambos fueron retirados del estadio en medio de una actuación policial y de otros que quisieron arrimar calma. El presidente de CACU se mostró muy dolido por lo sucedido y en los micrófonos de FM Máxima manifestó "estamos anodados. No entendemos que paso, seguro esto traerá sus repercusiones en las próximas horas. Yo no puedo entender como podemos tratarnos así siendo que somos todos del mismo club. Al dirigente nos corresponderá a Comisión Directiva analizar este incidente, y también se evaluará los motivos por los cuales se tomó a golpes de puño con el entrenador. Todo se verá en las próximas horas, ahora no podemos decir nada, si puedo destacar que estoy muy dolido por todo esto" manifestó Paglia.
Dirigentes del CCAO se acercaron a solidarizarse por los incidentes ocurridos, y a intentar entender que es lo que realmente sucedió. El clásico no se merecía este final, ya que los jugadores y todos los presentes se brindaron para un espectáculo de jerarquía. Pero la intolerancia pudo más y sacudió a toda una institución.
Fuente: www.ceresciudad.com
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