Diego Oviedo - A los fines de la década del 90, Sportivo Ben Hur disfrutaba quizás sus mejores momentos en el Torneo Nacional de Ascenso, previo a lo que unos años después sería el ascenso a la Liga Nacional con, a mi gusto, el mejor equipo que tuvo el básquet profesional de Rafaela. Por aquellos años, Belgrano de Tucumán tuvo un gran pasar, logrando en dos temporadas ascender al TNA y después a la LNB.
Había un jugador que me sorprendió mucho, ya que era poco conocido pero muy talentoso, y con una garra típica de un tipo al cual llegar le había costado mucho. Se trataba del Demonio Diego Sánchez, escolta explosivo y con gran capacidad goleadora. Al igual que el club tucumano, Sánchez tuvo su gran exposición mediática, pero luego fue desapareciendo. Los tucumanos por sus serios problemas de organización y económico, mientras que el Demonio por sus problemas con las drogas. Hace unos días me preguntaba que sería de su vida, y de casualidad terminé encontrando esta entrevista que vale la pena divulgar, donde cuenta su dura experiencia de vida y que de nada sirve la droga.
"Volver a jugar no tiene precio"
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