sábado, 4 de abril de 2015

"Tuve la suerte de tener como entrenador a Jorge Chiabotto"


Lo dijo Marcelo Nicola, el básquetbolista rafaelino que mayor proyección tuvo a nivel internacional, llegando a ser drafteado por la NBA, además de ser multicampeón en Europa. A continuación la entrevista completa con el sitio Básquet Plus: 


Luego de su primera experiencia como entrenador en jefe, comandando al Murcia en la ACB, el técnico argentino Marcelo Nicola recibió una oferta difícil de rechazar: ir a dirigir a unos de los dos equipos más grandes del prestigioso básquet lituano, el Lietuvos Rytas.


Aunque el entrenador no agarró al equipo en su mejor momento, de a poco ha ido consiguiendo enderezar el rumbo de su plantel. Más allá de una temprana eliminación en la Eurocup, el rendimiento de los lituanos ha mejorado en la competencia doméstica, donde actualmente aparecen primeros con un récord de 29-4. De todo esto y de la actualidad del básquet argentino, hablamos a continuación con Nicola.

Como asistente y entrenador ya tenías experiencia en España e Italia. Contanos un poco cómo te estás adaptando al básquet lituano y cuál viene siendo el principal desafío de dirigir en dicho país.

La adaptación fue muy buena y rápida, porque vine con muchísima ilusión y feliz de tener otra oportunidad para entrenar un equipo. El club es un club histórico y de mucha experiencia, así que esto es una motivación más si cabe a lo que te decía anteriormente. Es un equipo muy bien organizado, así que me encontré con todo lo necesario a disposición para poder desarrollar mi trabajo. El básquet lituano tiene jugadores de mucho talento. El desafío es ganar cada partido que jugamos y crecer como equipo. Con todos estos ingredientes te diría que estoy en un presente feliz de lo que estoy viviendo. Además nunca tuve miedo a los desafíos. Llevo toda la vida desde los 15 años fuera de casa y cambiando de país y conociendo lugares nuevos. Lo hice de jugador y se que de entrenador es lo mismo. Se sigue adelante.


Yendo estrictamente a lo deportivo, ¿se juega distinto en Lituania que en los otros países que has estado?

Se juega al básquet como en todos lados. Algunos equipos juegan más tacticos, otros más individuales, otros más fisicos. Hay de todo, pero está claro que hay jugadores con mucho talento. Y sobre todo muy buenos tiradores. Cualquier equipo te puede cambiar un partido desde la línea de tres puntos.

Comparado con el Murcia, obviamente el Lietuvos Rytas por historia, tiene objetivos muy distintos y que pasan siempre por pelear por campeonatos, al menos a nivel doméstico. ¿Se siente esa presión distinta o no es algo que esté influyendo en tu trabajo?

La presión no es distinta, es la misma. Es la presión de mejorar el equipo y de conseguir que juegue como mejor pueda. Y por supuesto como te dije antes la de ganar cada partido que jugás. En Murcia la teníamos para salir de la situación difícil de cara al descenso que teníamos. Acá en Lietuvos es para poder llegar a ganar el título. Pero siempre por una razón u otra tenés que ganar cada partido que jugás. O por lo menos intentarlo.

Dentro de todo este escenario, ¿estás conforme con lo que viene haciendo el equipo desde tu llegada? Contanos un poco las virtudes y también los defectos hasta el momento del Lietuvos Rytas.

El equipo está creciendo y mejorando. Teniendo en cuenta la situación en la que llegué, no es fácil cambiar cosas rápidamente y obtener resultados. Si cambiás muchas cosas podés obtener el efecto contrario y que el equipo se bloquee y vaya a peor. Así que el problema más importante que encontré y que intenté cambiar o mejorar fue la disciplina y la mentalidad de equipo. En eso estamos trabajando. La virtud del equipo es que tengo 12 jugadores para poder rotar y así tener un alto nivel de intensidad y energía siempre en el campo. Además tenemos bastante talento y capacidad de generar puntos en ataque, así que eso tratamos de potenciarlo. En cambio en defensa hay bastante que mejorar. Pero el equipo ya dio un paso adelante importante, aunque aún queda mucho por mejorar.



Sacándote un poco del presente y yendo más a tu realidad como entrenador, ¿tenés algún modelo a seguir en tu profesión, algún referente? o en todo caso, ¿con qué tipo de básquet te sentís más identificado?


Intento crear mi propia filosofía. Tuve la suerte como jugador de ser entrenado por grandísimos técnicos. Los mejores en Europa, los mejores en Argentina de joven. Desde chico en Ben Hur de Rafaela en las categorías inferiores. Así que en ese sentido me siento un afortunado. Después de asistente trabajé y aprendí con entrenadores tambien de gran nivel en Europa. Así que claro que ves e incorporás cosas de todos a tus ideas, pero creo y espero tener mi filosofía e identidad, que seguramente irá cambiando con mi experiencia y con el tiempo. Como técnico me gusta jugar una defensa agresiva y poder luego jugar con mayor velocidad en ataque, construyendo puntos fáciles como te decía desde la defensa. En el básquet actual es complicado jugar y ganar partidos si tenés que jugar a mitad de campo siempre contra la defensa preparada y 5 contra 5. Pero esto es la teoría, después no es fácil trasladarlo a la cancha.

Siendo alguien que se formó buena parte en Europa, como también fue el caso en parte de jugadores como Ginóbili o Scola, entre otros, ¿te parece que hoy al básquet argentino, le está faltando ese roce internacional para sus jugadores jóvenes?

No estoy de acuerdo con que me formé basquetbolísticamente en Europa. Mi formación empezó cuando arranqué a jugar al básquet a los 5 años en Ben Hur de Rafaela. Ahí te empezás a formar con tu técnica individual y también como persona. Tuve la suerte de tener un entrenador (Jorge Chiabotto) que me enseñó y me insistía mucho en los fundamentos, que al fin y al cabo son los que te dan toda la base para después crecer y seguir construyendo. Son como los cimientos de una casa, si no son sólidos es complicado construir encima una linda casa y que dure en el tiempo. Y después siguió en Cañada de Gómez en Sport con León Najnudel y los entrenadores del club. Es absolutamente lo mismo que les pasó a Scola, Ginóbili, Nocioni, Sconochini y todos los otros que vinimos a Europa. Después dimos el salto a Europa y ahí continuó nuestro crecimiento y nuestra formación. Entonces ahí ese roce internacional hizo que tengamos que dar ese salto de calidad para estar a la altura y poder jugar a ese nivel. Incluso algunos después siguieron en la NBA. Pero creo que formarte seguís haciéndolo siempre, como jugador y como persona. También creo sí que ese roce de jugar en Europa hoy les está faltando y mucho a los jóvenes. Nosotros veníamos más jóvenes. Creo que algunos están tardando demasiado en dar el salto si quieren seguir en su crecimiento. Pero tembién es cierto que por diferentes motivos ya no es tan fácil como era hace tiempo.

Siguiendo en el tema de la Selección Argentina, el Mundial de España pareció marcar un final de era. ¿Sos de los que ve el futuro del básquet argentino con optimismo o quizás por cosas como este roce internacional que falta, creés que va a ser complicado seguir figurando a nivel internacional?

Veo el futuro del básquet argentino con optimismo. Pero sobre todo por los cambios de aire que hubo en el último período a nivel de gestión y directivos. Creo que es importante que esto siga y se de seriedad a este proceso y que dure en el tiempo. Porque seguro que hay básquet despues de todo. No puedo creer que todo se acabe con el fin de esta generación. Será diferente, a lo mejor se luchará por objetivos diferentes. Pero lo importante es la seriedad, la ilusión, la profesionalidad, la disciplina, el respeto. Habrá que tener paciencia y apoyar a los que estén. Por esto tendremos que estar eternamente agradecidos a los jugadores de la Selección que impulsaron y promovieron este cambio. No sólo por sus logros en el campo, que también son tremendamente importantes. Ellos dejan un legado importantísimo que hay que cuidar y proteger para el futuro de todo el básquet argentino. Porque eso es lo único que puede volver a llevarlo a los niveles más altos a nivel internacional. Creo que no hay otro camino. Es un momento muy importante, quizás al nivel del momento de la creación de la Liga Nacional para impulsar y dar fuerza al básquet argentino. Así que no hay que dejarlo escapar y es responsabilidad de todos y de cada uno de los que participan y son parte de eso que se llama BÁSQUET.

Por último, te pregunto por tus metas como entrenador. ¿Vas en el día a día o tenés objetivos a largo plazo, como por ejemplo, por nombrar algo, quizás tener otra chance en la ACB?

Sinceramente no pienso más allá de terminar esta temporada lo mejor posible. Si eso ocurre seguramente las posibilidades para el futuro irán llegando. No puedo permitirme el lujo de pensar en otra cosa que no sea Lietuvos Rytas y la liga lituana. Lo que sea llegará, seguro.


Una de sus últimas visitas a Rafaela.
Marcelo Patricio Nicola Virginio nació el 12 de mayo de 1971 en Rafaela, República Argentina. Empezó su carrera con 17 años en el Sport Club Santa Fe. Con 18 años llegó a Vitoria para jugar en el equipo junior del Baskonia, con el que llegó a debutar en 1991. En 1996 cambió de aires para fichar por el Panathinaikos y al año siguiente regresó a la ACB para jugar en el Barça. Tras año y poco en Barcelona, se fue a la Benetton de Treviso, equipo que no abandonó hasta 2004, año en el que se fue a Ucrania para jugar en el Kiev. Al año siguiente estaba de nuevo en la ACB para jugar en el Pamesa, equipo que dejó en 2005 por el Montepaschi Siena. En 2006 se fue al Reggio Emilia y regresó a finales de ese año a Vitoria para retirarse en el equipo más importante de su vida. En su palmarés tiene dos Recopas de Europa, una Copa del Rey y dos ligas y tres copas italianas. Internacional con Argentina, tiene cuatro oros en campeonatos americanos de baloncesto.

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